No me explayaré mucho…
Un juego de rol es una oportunidad para narrar, que es algo que me apasiona, para pasar un buen rato junto a gente que comparte mi afición y estan tan locos como yo, y jugando, para introducirme en una historia y ser otra persona.
En resumen, diversión.
¿Qué no es un juego de rol? Algo que me de de comer. Por lo que , si bien es cierto que todo mi tiempo libre es absorbido por ellos, la frontera está bien clara. First thing first, lo primero el trabajo.
¡Saludos! Tras leer a todos los que participasteis en el Desafío 2017, le he dado vueltas al asunto. He escrito este borrador con mis conclusiones provisionales y estoy haciendo un spam masivo de él, a ver si consigo algún feedback.
¿Y si dijera que “D&D no es un juego de rol”? ¿Quedaría mal, verdad?
Bueno, pues John Wick se quedó corto. No sólo D&D no es un juego de rol, sino que ninguno de sus derivados (entre los cuales se incluye la morralla diseñada por Wick) tampoco lo son.
Pero si digo “D&D y sus derivados no son meros juegos de rol, sino algo inmensamente mayor y más complejo”, eso ya suena mejor ¿verdad? D&D tiene más facetas que un icosaedro, y calificarlo de juego de rol sin más es una visión tan reduccionista y miope como definir a un Ferrari diciendo que es una estufa con ruedas.
“¿Acaso un Ferrari no quema combustibleee? ¿y acaso no produce calooor? Y no quieras hacerme creer que no tiene ruedas, porque las tiene. ¡Y son cuatro, nada menos, que las he contao!”
Por supuesto que D&D se puede usar para rolear, o para contar historias, o las dos cosas, o ninguna de ellas. También se puede rolear y contar historias con el Juego de la Oca. Pero en ambos casos, el roleo es un efecto secundario.
Porque D&D (y sus derivados) en realidad son juegos de simulación omnímodos. Si en un wargame con miniaturas se trataba de construir una maqueta y de simular batallas, campañas y guerras, en un juego como D&D lo que se trata es de montar y simular todo un Universo.
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